martes, 16 de agosto de 2011

Párate un segundo, cierra los ojos e imagina;

Imagina que vives en un mundo donde todos son justos, donde no existe la desigualdad o la guerra, donde las personas carecen de rencor y de celos.
Imagina que nadie te juzga por tu aspecto, sino por tu forma de ser, que la gente no se dedica a criticar a otras; que nunca nadie te puede hacer daño...
Imagina que no existe la pobreza, que las personas somos más humildes, y que para sentirnos bien con nosotros mismo solo hace falta mirarnos al espejo.
Imagina un mundo en el que nadie es feo ni guapo, en el que los amigos están presentes SIEMPRE.
Imagina que "pena" y "tristeza" no son más que una marca de vinos, y que no existe todo aquello que es perjudicial.
Imagina que no hay tantas enfermedades, que la gente vive por más tiempo y que la locura es sinónimo de alegría, y no una enfermedad.

¿Has imaginado todo? Bien, pues ahora abre los ojos y deja de imaginar por un momento...

Ahora preguntate lo siguiente; ¿serías feliz viviendo en un mundo en el que no existe el mal?.
Piensa que si no existiesen los problemas o la tristeza, los buenos momentos no se tomarían con grandes emociones ni con alegría; la vida sería monótona y aburrida.

¿Comienzas a valorar ahora lo que te rodea?




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